Javier Milei se ilusiona con tener un primer gobernador. Para ello, su círculo chico aceita la maquinaria libertaria frente a los próximos comicios en los que se renuevan cargos ejecutivos: Corrientes y Santiago del Estero. Por distintas intervenciones federales, estas dos jurisdicciones tienen desacoplado el calendario electoral con la Nación –donde sólo se renovarán legisladores, lo mismo que en las 22 provincias restantes– y funcionarán como la prueba piloto para que el Gobierno tome el pulso de cuánto vale la marca La Libertad Avanza (LLA) sin llevar la cara del Presidente en la boleta.

Corrientes

Valdés ya no puede reelegirse en el cargo de gobernador y debe construir un sucesor, con el agravante de que el radicalismo correntino está fracturado. El mandatario está peleado con Ricardo Colombi, su padrino político y antecesor, quien pretende retomar el control provincial. A pesar de haber perdido la interna el domingo pasado (retiró su postulación a último momento), Colombi amaga con participar de la elección por fuera del sello partidario y con el acompañamiento de otros signos políticos.

Santiago del Estero

En Santiago del Estero la posibilidad de un recambio es remota: Zamora es omnipresente. Desde el 2005, cuando asumió por primera vez como gobernador, este diluido radical rotó en el poder con su mujer, la senadora Claudia Ledesma Abdala, quien en esta nueva elección podría volver a funcionar como el salvoconducto de su marido para retener la gobernación en las sombras.